Tal vez algunos dirán, “es otra clásica película del buen policía incorrupto que atrapa al hampón que nadie había podido”
y sí, efectivamente, tal vez la temática esté ya bastante explorada, lo salva un poco el hecho de su base histórica, y digo base, porque siempre el plasmar en un video de 2.30 hrs un hecho histórico, tiene que cumplir ciertas condiciones para que entretenga al público y no sea un documental.
En su segundo rol (al menos que conozca) de “no bueno” Denzel Washington interpreta a Frank Lucas, un narcotraficante afroamericano que rompe un poco los esquemas de los capos en aquel momento y encuentra una manera de crecer exponencialmente su “negocio” de manera que empieza a causar muchas envidias y disgustos en los demas distribuidores. La magia que tenía, además de su éxito empresarial, era la sutileza de sus operaciones pasando desapercibido sin algarabias ni excesos.
Con su cara triste, tenemos a Russell Crowe, que interpreta a Richie Roberts, policía incorrupto (irónicamente papeles que siempre interpreta D. W.) considerado como traidor precisamente por su rectitud, que es designado como encargado de la comision anti drogas, para iniciar la cacería de los capos y miembros de la misma policía que estuviesen involucrados.
La pelicula se concentra en las actividades que desarrollan los principales, poco se ve o se explora el contexto, dando un resultado un tanto atemporal, a pesar de la mencionada guerra de vietnam, la policia inmersa en hasta el cuello en la corrupcion, descarado tráfico de droga, realmente es una situación no única en la historia del país vecino. Simplemente cambiémosle el nombre a la guerra y automáticamente nos situa en otra época.
Se destaca el equilibrio que logran las actuaciones de Washington y Crowe, ambos lucen su capacidad actoral y el director los integra de manera inteligente en las secuencias que van relatando su camino en la historia.
Vale la pena verla, “my man”.