Sebastián Cordero. 2006
Desarrollada en la ciudad de Babahoyo, Ecuador. Vinicio, un hombre que por una distracción, se ve involucrado en un linchamiento del cual es protagonista. La agonía crece al mismo tiempo que la esperanza decae. Manolo, un reportero de historias sensacionalistas, por un segundo le brota la conciencia y logra ayudar a Vinicio. Posteriormente encarcelado, Vinicio logra establecer contacto con Manolo, al cual ruega ayuda para sacarle de prisión, a cambio de proporcionarle información valiosa acerca del “monstruo”, asesino serial que siembra el pánico en
La cinta enfatiza el problema mediático, donde impera el raiting y el afán de ser el primero en dar la nota, sin importar las verdades a medias, las fuentes o la escasa investigación. Esto genera consecuencias graves, como soltar una noticia que no es verdad, que genera una impresión errónea en los espectadores, y que al tiempo, el medio de difusión se da cuenta que cometió un error y prefiere seguir e incluso hacer mas grande la mentira, que reconocer la equivocación, pues claro, solo denotaría la falta de profesionalismo con que se hizo la primera nota y perdería credibilidad y por lo tanto rating.
Damián Alcázar, quien ha demostrado su calidad actoral en cintas anteriores, no nos decepciona con este trabajo, donde interpreta a Vinicio, un Padre de familia amoroso, ejemplo de su vecindario, pero que esconde información que puede ser un arma de dos filos, lo puede sacar de prisión o perpetuarlo en el mejor de los casos. Sus expresiones, el acento, esa risa sarcástica que tiene aunado a la capacidad de adentrarse en el personaje, avalan la calidad de la película.